“Der Leztze mann”

“Der Leztze mann” (“El Ultimo”; “La Ultima Carcajada”) 1924 Dir: F.W. Murnau GER

 

 

 

 

 

 

 

SIN PALABRAS

Viendo hace muy poco, una reposición de “Nosferatu” con intertitulos en alemán pero sin subtitulos en castellano (cosa radical para el público de hoy en día) recordé, un poco molesto conmigo mismo, que aún no había visto, otra película del mismo director, llamada “El Ultimo” (o “La ultima carcajada” dependiendo del país) y de la cual me habían hablado infinidad de veces en la escuela de cine y en otros tantos ámbitos cinéfilos.

Mientras estudiaba, más de un profesor enfervorizado, nos había comentado el enorme potencial de dicha película y de su director, pero vaya a saber porque, no fui capaz de conseguir una copia, hasta hace pocos días.

“Der letzte mann” (“El Ultimo”) es una película muda del año 1924 dirigida por el gran director alemán F. W. Murnau.

Difícil explicar hoy en día, lo grandiosa que es esta película y lo avanzado que fue su creador, ya que para empezar, deberíamos situarnos en la época y curiosear cuan poco avanzadas estaban las cosas en su momento. Calculemos que el cine llevaba entonces unos treinta años de desarrollo y aun, las formas para narrar, tales como las conocemos hoy en día, recién se estaban asentando.

Mediante un argumento, aparentemente simple (en su capa más superficial) a cargo de Carl Meyer, guionista estrella de la época , Murnau, desplegara todo su potencial visual/narrativo para contar una gran historia sin el uso de sonidos o palabras.

Obsesionado por contar sus historias, solo a través de imágenes, evitando incluso los rótulos o intertitulos, (no olvidemos que el cine en su origen es justamente eso, narrar con Imágenes) Murnau utilizara todo tipo de recursos técnicos innovadores (movimientos de cámara precursores, distorsiones en la lente, punto de vista subjetivo, etc.) para expresarse con fuerza y llegar a transmitir al público todo lo que nuestro pobre protagonista padece. Cualquiera que se haya enfrentado a la difícil tarea de explicar de forma clara y solo mediante imágenes, un breve relato, ya no un metraje de más de una hora, podrá comprender tamaña proeza.

La historia cuenta la vida de un hombre mayor, quien trabaja orgulloso como portero de un prestigioso hotel de ciudad, pero que, confusión mediante, será degradado a trabajar en los baños atendiendo de forma servil a los lujosos clientes. Deprimido, despojado de su lujoso uniforme y rebajado a trabajar en el subsuelo del edificio, el protagonista intentara por todos los medios, que su familia y su barrio nunca se enteren de lo ocurrido.

Obra maestra, de visionado obligatorio para cualquiera que ame el cine, y que, curiosamente, en su intensa búsqueda de no utilizar sonidos ni diálogos para expresarse, dejara a los espectadores, sin palabras.