«Melancholia»

“Melancholia” (“Melancolía, ESP) 2011 Dir: Lars Von Trier DEN SWE FRA ALE

ENVASADO AL VACIO

El vacío provocado por la distancia que nos separa de los dos personajes principales, interpretados por el dueto Dunst y Gainsbourg, es la clave para entender porque no termina de funcionar del todo, el decimosexto largometraje del danés, Lars Von Trier.

En esta ocasión, y curiosamente sin recurrir a la provocación (que paso Lars?) la película narra la historia de dos hermanas, Claire y Justine, y de cómo repercute en ellas, la amenaza y el miedo que provoca el posible fin del mundo por el cercano paso junto a la tierra de un planeta llamado Melancolía.

Como es habitual en este director, la historia está dividida en capítulos (siempre da la sensación que Lars, Quentin y otros tantos directores quieren libros en el cine) y está conformada por tres partes.

La primera, es una poderosa introducción poético/romántica, que resume, a base de cuidados y estilizados planos a cámara lenta, el total absoluto de la historia.

La segunda parte recae en Kirsten Dunst, quien interpreta a Justine, una joven sumida en una gran depresión (bueno bah, melancolía) que intenta celebrar su boda en la lujosa casa de su hermana y su esposo, pero que a pesar de tener todo lo que cualquier chica (en teoría) quisiera tener para una noche como esa, es incapaz de ser feliz. La depremelancolia que sufre, le impide disfrutar y la obliga a auto sabotearse constantemente hasta el punto de arruinar por completo el evento, quedarse sin trabajo e incluso perder a su recién estrenado marido.

La tercera y última cuenta la vida de Claire (la hermana mayor de Justine) interpretada por Charlotte Gainsbourg, quien vive junto a su marido, John (Kiefer Sutherland) un fanático de la astrología, y su pequeño hijo, en un lujoso castillo frente al mar. Claire cuida de su familia e intenta por todos los medios sacar a su hermana de la depresión. Organiza su boda, la cuida y estimula para que se recupere en los peores momentos mientras en su interior libra una dura batalla personal contra el pánico que le produce la posibilidad de una colisión contra el planeta que se acerca.

Estos dos capítulos que conforman el grueso de la película, narran la historia de las hermanas y de cómo les afecta la llegada del astro, pero en definitiva no cuentan nada. Sabemos que ambas son parte de una familia disfuncional pero eso es todo lo que tendremos de información para entender que lleva a cada una de ellas a comportarse de la forma que lo hacen. Es evidente que Claire y Justine van perdiendo el control a medida que (la) Melancolía se acerca y las aplasta, pero esto que, metafóricamente hablando puede quedar muy bonito y que funciona como motor de la historia, termina por ser algo superficial y vacío de contenido.

Está claro que la película gira y juega en torno al vacio. El vacio de unos personajes sumidos en las comodidades del dinero, el vacio de los rituales que celebran, el de la obsesión por ser feliz, el que sufre Justine, el de Claire intentando el momento perfecto antes de morir, etc, pero tanto jugar con el vacío de tal forma, solo produce más vacío. Nos deja huecos por dentro, por que observamos todo desde lejos y en ningún momento se nos permite acercarnos, comprenderlo o vivirlo junto a ellas.

A pesar de todo esto, salgo del cine un poco indignado y sorprendido, pero no desencantado. A pesar de ese gran vacío, el film tiene meritos extras que logran hacerlo grande aunque incompleto porque Lars, no tiene un pelo de tonto y ambicioso como siempre, hace buen cine. 

El danés vuelve demostrar su habitual y muy europea mano para la “incomodidad” un sello en sí que lo caracteriza (por mi parte hubiese matado a Justine en reiteradas ocasiones y de las formas más violentas y horribles), la fotografía a cargo de Manuel Alberto Claro, es brutal en el total de la película pero sobre todo en la pictórica introducción (usaron las mismas cámaras que los de Jakcass 3D para los ralentis), las actuaciones, todas de muy buen nivel (hasta la de Kiefer), pero, habiendo visto grandes obras de este autor, que se proclama a sí mismo como el Mas Grande director del mundo (cosa que respeto y hasta consiento) creo que en esta ocasión, preparo con sumo cuidado el paquete, puso poca cantidad en el interior y acabo finalmente pasándose con el envasado al vacío.