Si bien esta tecnología, supone un avance a la hora de ver y buscar viviendas, los tours y las visitas virtuales comparten los mismos inconvenientes. Dependiendo del tamaño de la propiedad, pueden hacernos sentir algo encerrados, ya que, según la angulación y posición de la cámara, algunos ambientes pueden lucir aún más pequeños de lo que realmente son. Los tours revelan lo bueno, pero también todo lo malo de cada vivienda, ya que dejan al descubierto todo sin ningún tipo de filtro y, además, nos dan más trabajo en lugar de quitárnoslo, es decir, nos hacen recorrer el piso con el ratón o el dedo y el paseo, sin música, ni montaje puede convertirse en algo frío y tedioso.