«Fase 7»
ANTE UNA EPIDEMIA, CUIDADO CON TUS VECINOS
La última ola de films argentinos, parece tener en común, para nuestra grata fortuna, un extraño aroma a nuevo cine. La razón del cambio se encuentra en la renovación generacional y los nuevos temas que ésta trata, alejados del las historias costumbristas o el horror de la dictadura y todo lo que ello generó en la sociedad.
Al renovarse los temas, también se refrescan los géneros, pero por suerte, esta nueva generación de realizadores, que sin un estilo predecesor predeterminado, podría inclinarse hacia lugares más experimentales, se decanta en general por un cine narrativamente correcto (cercano a lo académico) sin perder por ello lo innovador en sus formas. Mantiene además los valores del cine mainstream (actores conocidos, buenas interpretaciones, buena realización, buena fotografía, etc…) pero marcando una diferencia de tono o con personajes menos acartonados que lo habitual en un cine mas estándar.
Aunque “Fase 7” tenga defectos, destaca y gana, por ser rara y por elegir el arriesgado camino de hacer una diferencia dentro de una clasificación estricta como podría ser la del género fantástico.
La historia transita por los lugares habituales de los films sobre virus o epidemias (paranoia, mascaras de gas, trajes anti contagio, calles vacías, caos, locura colectiva) pero lo hace con calma y con un realismo poco común, que además combina con sutil humor (Yayo tomando mate con camiseta y la máscara de gas puesta es surrealista)
En esta historia, una pandemia (o un macabro plan) toma desprevenidos a una pareja de jóvenes argentinos, que queda aislada en cuarentena dentro del edificio donde vive, y que deberá afrontar una situación que los obliga a tomar acciones extremas para poder sobrevivir.
A diferencia de cualquier película de Hollywood, donde, los ciudadanos o la población, siempre parece saber cómo actuar, aquí, los protagonistas, dos jóvenes urbanitas modernos, no tienen la menor idea de nada y por el contrario esperan pacientemente a que todo se solucione, mientras sus vecinos, un paranoico de las conspiraciones y un veterano violento, comenzaran a tomar drásticas medidas.
El elenco está formado por, Daniel Hendler, solido actor uruguayo (25 watts, Esperando al Mesías, Abrazo Partido) quien interpreta a un joven, plano y desganado (Jazmín Stuart se lo recuerda constantemente “¡Coco, no podes ser mas vago!”) que nunca parece tomar real conciencia de la situación y que poco a poco se ve arrastrado e inmerso en un absoluto caos. Lo secundan el mítico Federico Luppi, quien retoma aquellos personajes vengadores de los 80’s y Yayo Guridi, humorista de origen cordobés, que con su tonada cantarina, le aporta una chispa fresca y natural (a la vez que permite la introducción de personajes no exclusivamente porteños en los films situados en Buenos Aires) a una actuación de tono dramático.
Nicolás Goldbart, habitual editor de los films de Pablo Trapero, debuta en la dirección, con un curioso film de acción y humor sutil, que utiliza astutamente, como banda sonora, un sonido de sintetizadores ochentero el cual recuerda mucho a films de Carpenter o Romero con quienes mantiene varias similitudes de estilo.
A pesar de que el film no sea absolutamente redondo y que los protagonistas pasivos, como el personaje de Coco, tengan el defecto de no provocar mucha empatía, Fase 7 se disfruta gracias a su corrección combinada con una propuesta original para el cine Argentino y el género, y porque demuestra con orgullo patrio, que en la Argentina, además de carne, futbol y tango, también se pueden vivir pandemias o conspiraciones al igual que en USA aunque no sepamos solucionarlas tan bien como ellos, en el cine.