“Blue Jasmine”
JAZIMN ROTO
La altísima reputación de Woody Allen, quien cuenta con ya con una trayectoria de unos 60 largometrajes, y quien mantiene aún, con 80 años, el alocado y admirable ritmo de estrenar una película por año, difícilmente permita algo de objetividad a la hora de evaluar cada nuevo título que este director de origen Neoyorquino nos ofrece.
Por un lado, su bagaje actúa como una vara muy alta que otorga al público y crítica, el derecho a exigirle siempre un desmedido nivel creativo e intelectual, y por otro, funciona como un permeabilizador que permite perdonarle una gran cantidad de desaciertos en caso de que falle. ¡Cuidado, sobre 60 películas, las flojas no superan las 5!)
Tras el olvidable traspié de su homenaje al cine italiano «To Rome with love» (A Roma con amor, 2012) y alejado de su faceta turística, el realizador consigue con «Blue Jasmine», colocarse en lo alto de la cúspide enamorando al público y a la critica otra vez, gracias a la creación de un complejo personaje como el interpretado, de forma superlativa por la gran Cate Blanchett.
De vuelta en USA, donde el director mejor cuenta sus historias, y rodando puntualmente en la ciudad de San Francisco, Allen vuelve a brillar con un film modesto donde toda la fuerza de la cinta radica en su personaje central interpretado con virtuosismo por una Blanchet que dota de tics y sutiles matices a esta desequilibrada mujer llamada Jasmine la cual no es capaz de superar que ya no pertenece mas a la alta sociedad.
La actriz protagonista se apoya en Allec Baldwin, quien interpreta al ex marido que hizo su fortuna a base de la burbuja inmobiliaria, y una desconocida, pero muy interesante Sally Hawkins como la hermana de clase media a la cual tendrá que pedirle ayuda para intentar salir adelante.
Es patético y doloroso ver como el personaje, interpretado por la australiana Kate Blanchett quien consigue con este papel su segundo y merecidísimo Oscar, no es capaz de admitir que ya no puede llevar la vida de rica y acomodada que llevaba y que luche con todas sus fuerzas para recuperar su estatus comportándose como una caza recompensas en busca de una nueva presa, aunque la salud mental le vaya en ello.
Triste y agridulce como las mejores historias que Allen supo contarnos en su mejor época, gracias Woody una vez mas.