«Day of the Dead»

“Day of the Dead” (El día de los muertos, ESP, ARG) 1985 Dir: George A. Romero USA

MUCHO RUIDO Y POCO ZOMBIE

En comparación a lo que habitualmente plantean los films de zombis, y sobre todo los más recientes, el caso de “Day of the Dead” del año 1985, es bien particular.

La cinta, es la tercera parte de la saga zombi que, en el año 1968, el director George A. Romero comenzaría con “Night of the living Dead” dando origen al género (fans de The Walking Dead agradézcanle todo a George) que continuaría  en 1978 con “Dawn of the Dead” (Zombi, en España) y finalizaría, hasta la fecha, con “Night of the Dead” en el año 2005.

Romero comienza el film de manera única y nos introduce en la pesadilla de Sarah, una de sus protagonistas, donde unos cuantos brazos zombis emergerán sorpresivamente de una blanca pared de ladrillos. Al despertar,  un grupo de personas(entre las cuales se encuentra Sarah), sobrevuelan las ciudades a bordo de un pequeño helicóptero en busca de recursos y gente NO zombi. En los primeros minutos, a plena luz del día y durante los créditos mismos (cuando lo habitual es una buena intro de suspense) veremos cómo los muertos vivientes ya deambulan torpemente por las calles.

 Refugiados en una desértica base militar bajo tierra, unos pocos científicos y militares tendrán que lograr un acuerdo sobre la manera más favorable de proceder para sobrevivir.

Romero no dedica ni un solo segundo a explicar o justificar nada de lo que llevo a dicha situación. Ni la causa que levanto a los muertos de sus tumbas, ni si lo que padecen es una enfermedad o un virus contagioso, ni que ocurrió en la base militar donde se resguardan solo unos pocos sobrevivientes, ni nada de nada. Y no lo explica, no, porque no tiene la obligación al tratarse de una saga de género, sino, porque no le interesa para nada, le da igual.

Romero pone un montón de zombis fuera como excusa para tener gente encerrada y los utiliza como amenaza y presión, pero solo para ver como uno grupo de cabezas lógicas y pensantes, son capaces de demostrar que la amenaza real, no está fuera con los zombis sino dentro, entre los hombres.

Luego de ver unos cuantos zombis en los primeros minutos, no volveremos a saber prácticamente nada de ellos durante un buen tramo del metraje y cuando lo hagamos, será solo a pinceladas para que no nos olvidemos de la excusa o para demostrar, tirando hacia el final, que los muertos vivos, además de no ser tan malos como los “buenos” tienen posibilidades de ser re educados.

La película, la cual se centra realmente en la batalla por la supervivencia de los no zombis, está repleta de extensos y aburridos monólogos moralistas por parte de cada bando y sobreactuaciones a tuti plen (casi todos aunque Joseph Pilato se lleva la palma con su encocado Capitán Rhodes) más propias de una gran obra de teatro que de un film.

Hay que decir a favor de Romero que se tuvo que apañar con un cuarto del presupuesto que le habían propuesto en un comienzo, cosa que lo llevo a recortar partes del guión y modificar la estructura general de la historia. Visto así se entiende mejor que la obra trastabille de tal forma.

La banda sonora a cargo de John Harrison es muy curiosa a día de hoy. Al margen del estilo ochentero propio de su época, es muy extraño como combina y enlaza momentos de suspense con composiciones pop casi de comedia. Como detalle, y en relación a la BSO, la moderna banda de música Gorillaz utilizo para su canción M1 A1 la música y el sonido inicial del film con el militar gritando “Hellow, is anyone there?” incluido

Simpático, aunque no muy entretenido, es este clásico zombi, que nos sirve para ver como el señor Romero le daba continuidad al género que había creado años atrás, con pocos recursos y mucha creatividad, vísceras esparcidas por el suelo, pieles muertas de tonos azulados, una gran variedad de divertidos zombis (zombi boda, payaso, jugador de futbol americano) pero sobre todo, nos permite entender, que al gran George A. Romero, padre de toda la cultura zombi, los muertos vivientes le daban absolutamente igual ya que lo que quería realmente contar era como  los inteligentes humanos podemos comportarnos como zombis si se trata de sobrevivir.