«Haywire»
SUBE Y BAJA
Se hace difícil encontrar algún tipo de línea clara o marca de autoría evidente en la carrera de un director como Steven Soderbergh, quien ha transitado un camino irregular y sinuoso a lo largo de su ya extensa filmografía.
Este director americano, quien comenzara en la industria como editor freelance, y que cuenta con nada menos que, veinticinco largometrajes (sin contar cortos, tv series) en veintidós años de carrera, ha dado tantos títulos exitosos como mediocres sin que se pueda detectar de forma clara cuál es el secreto de su éxito o el causante sus grandes fallos.
Soderbergh se dio a conocer en el año 1989 con “Sexo, mentiras y video”, el cual se convirtió en film de culto tras ganar la palma de oro en Cannes y que lo perfilo, en su momento como la nueva promesa del cine independiente norteamericano.
Su carrera siguió luego con unos cinco films (Kafka, El rey de la colina, Bajos fondos) donde abordo varios géneros y estilos, sin obtener excesiva popularidad.
En 1998 llevo a la pantalla una novela de Elmore Leonard con la penosa “Un romance peligroso” de la mano de Clooney y Jeniffer Lopez, pero no fue hasta el año 2000 cuando alcanzo el gran éxito comercial junto a Julia Roberts con las oscarizadisimas “Erin Brockovich” y “Traffic” la cual además de prestigio, le valió para ganar un Oscar al mejor director.
Un año más tarde, tuvo buen ojo y se convirtió en realizador cool dirigiendo la primera parte del remake, franquicia rompetaquillas “Ocean’s Eleven” con Brad Pitt y Clooney otra vez.
A ritmo de film por año prosiguió con una serie de títulos independientes, raros y flojos como Full frontal, Solaris y Bubble, hasta la segunda entrega de los ladrones de casino “Ocean’s Twelve” la cual lo devolvió a la superficie de las grandes ligas.
Continuo su camino con la sencilla pero correcta “El Buen alemán”, dio cierre a la taquillera trilogía “Ocean’s Thirteen”, realizo el díptico sobre el mítico “Che” (Guevara) con las cuales parecía haber alcanzado cierta madurez cinematografica, sorprendió para mal con la pésima e infumable “El soplón”, probo suerte con la extraña “The Girlfriend experience” ficción (documental) con la explosiva Sasha Grey, y lo último que se supo de él, fue la muy correcta y coral “Contagion” donde con buen ritmo, daba una fría y realista visión sobre los films de epidemias y virus.
Con “Hayiwire” su último trabajo (“Indomable” titulado en España) nos despista una vez más y vuelve a bajar el listón, realizando un film flojo, sin ritmo y con un argumento lleno de clichés, visto hasta el hartazgo en títulos de acción, género que hasta ahora no había probado.
Lo grave en esta película, en la cual narra mediante flashbacks, la historia de una agente especial traicionada, que vuelve para dar venganza, es lo chato o plano que puede llegar a ser de principio a fin, sin salirse de esa línea recta y continua por la que transita.
Da la sensación que hubiese intentado marcar una diferencia en los films de espías, en base a un ritmo lento y pausado, pero lo que consigue es que la cosa carezca de pulso y se torne pesada y lenta de digerir. En su caso, el fallo en el ritmo, es bastante grave tratándose de un hombre con tanta experiencia como editor.
Destacan, las peleas, rodadas con velocidad y realismo las cuales contrastan con lo pausado de las secuencias sin acción aunque con el transcurso de los minutos también lucen repetitivas por abusar una y otra vez del recurso.
Gina Carrano, famosa en USA por la lucha libre americana, interpreta a la espía traicionada por sus jefes, repartiendo golpes y llaves con piernas y brazos, aunque carece de carisma para transmitir emoción en las escenas donde no se bate a mamporros contra sus oponentes.
Inestable cual un sube y baja que varía de altura constantemente no pudiendo conseguir nunca más que un equilibrio momentáneo, Steven Soderbergh vuelve a retomar su habitual fotografía amarillenta (bajo el seudónimo de Peter Andrews) en un film rodado entre Barcelona, New York, Washington, San Diego, México, Dublín, junto a un súper cast formado por catódicas estrellas como Ewan Mc Gregor, Antonio Banderas, Michael Douglas, Michael Fassbender, Channing Tatum, Bill Paxton para interpretar, papeles miniaturas, aburridos, estereotipados y sin brillos, tan planos como el film.
Orson Wells dijo una vez, en una entrevista a Cahiers du Cinéma, que no había visto tanto hipócrita y mentiroso oculto en ningún otro oficio, como en el de director de cine de Hollywood, debido a que convertirse en un realizador reputado allí, solo dependía de contar con un buen guion y un buen equipo técnico. ¿Sera este el caso de Soderbergh