Jûsan-nin no shikaku

“Jûsan-nin no shikaku” (“13 Asesinos” ESP; “13 Assassins” INT) 2010 Dir: Takashi Miike JAP

 

 

 

 

 

 

 

 

SAMURAIS CONTEMPORANEOS

La brutal cantidad de películas realizadas por año (entre 2 y 3) mas la gran calidad general de los proyectos, y sobre todo, la creatividad y locura que desprenden los mismos, hacen del japonés Takashi Miike, uno de los directores más productivos, versátiles y bizarros del mercado actual.

Audition (1999) y City of Lost Souls (2000) fueron en mi caso, los dos títulos que me abrieron los ojos, por casualidad, en un Festival de cine en Buenos Aires y que bastaron para que me acercara cual un adicto a cuanto festival proyectase algún título suyo.

Luego de haber probado casi todos los géneros cinematográficos (ha realizado Comedia, Drama, Acción, Fantástico, Terror, Policial, Infantil e incluso un Western!) Miike se anima, en esta ocasión, con uno de los pocos géneros que, curiosamente siendo Nipón, aun no había probado, Samuráis.

“13 Asesinos” uno de sus tantos últimos trabajos (a este, ya le siguen 2 títulos finalizados y 1 en postproducción y otro en rodaje) cuenta la historia de un grupo de guerreros samuráis que se encomiendan en una autentica misión suicida, para poner fin a las atrocidades que comete impunemente el despiadado y futuro Shogun.

Curioso ver en este tipo de cine/cultura, donde las estrictas tradiciones se respetan hasta la muerte, que el jefe de este clan de asesinos, interpretado por el carismático Kôji Yakusho, reconozca lo duro y exigente que es ser un Samurái y que además le recomiende a su sobrino que elija un camino distinto, ya que le aporta un grado de humanidad y realismo poco común para este tipo de superhombres de la época.

Brillante, el personaje del malvado Lord Naritsugu Matsudaira deleitándose con la violencia y la sangre que corre a medida que él y su grupo avanza, llegando a confesar de forma poética su pasión por la guerra y la destrucción.

Geniales, las gigantescas barreras de troncos cerrando el paso (cual compuertas diseñadas por arquitectos) mas la loca idea de los toros en llamas aportándole el toque Miike a esta reversión de un film clásico.

De agradecer, el acierto del guion, poniendo peso y fuerza en la exposición de la crueldad profesada por Naritsugu, para que el grupo de asesinos (y público) tenga una motivación  para llevar a cabo tal misión.

Muy buenas actuaciones en general, ritmo narrativo dinámico (a pesar de su duración de 141 min) y una esplendida realización, más bien clásica, pero fresca, repleta de travellings y suaves movimientos de cámara acompañando o presentando personajes y espacios, hacen de este film un autentico festín audiovisual.